Tanto amó Dios al mundo

Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo. Juan 3: 16-18 Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todos los que creen en él no perezcan sino que tengan vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Quien crea en él no será condenado, pero quien no crea ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del único Hijo de Dios. - JN 3: 16-18 Esta es mi lectura favorita del Evangelio. Corto. Claro. Sencillo. Soy un hombre simple Creo que la mayoría de los problemas tienen una respuesta obvia. Es posible que no nos guste la respuesta y que no sea fácil, pero lo correcto es lo correcto y lo incorrecto es incorrecto. Esa es mi opinión, me sorprende lo complicado que hacemos nuestra fe. Las personas estudian durante años para convertirse en estudiosos de la Biblia. Los eruditos escriben millones de libros y artículos. Llenamos las bibliotecas con libros que analizan todo lo que está en la Biblia y todo lo que alguien haya escrito sobre lo que haya dicho sobre lo que está en la Biblia. Disfruto leyendo, y leo muchos libros sobre la fe. Tiendo a disfrutar los libros sobre personas que heroicamente han vivido su fe. No estoy tan entusiasmado con los libros que discuten los puntos finos de la teología. Me alegra que haya teólogos, pero me alegro aún más de no ser uno de ellos. Busqué en la sección de libros de Amazon y obtuve más de medio millón de resultados para "Biblia". ¿Debo reír o llorar? ¿No podemos simplificar esto? Los católicos de todas las variedades han estado debatiendo recientemente si los católicos divorciados y vueltos a casar pueden recibir la comunión. Tengo una opinión, pero a la luz del pasaje del evangelio anterior, no estoy seguro de que mi opinión sea tan importante. Tengo puntos de vista ortodoxos, lo que mucha gente llama conservador. Si todos observaran los 10 mandamientos, el mundo sería un lugar más seguro y pacífico. Los mandamientos pueden no ser fáciles de seguir, pero son simples. Pero las reglas por sí solas no pueden hacernos felices y no nos llevarán al cielo. Jesús no se trata de reglas. Se trata de la salvación, que proviene de creer. Se trata de la misericordia, no del castigo. Se trata de amor, no de aplicación de la ley. Él es la Palabra y nos invita a una relación personal. A veces siento que he sido transportado de regreso a los tiempos precristianos. El debate abunda sobre la música de la iglesia, la arquitectura de la iglesia y el color de los zapatos que deben usar los monaguillos. Necesitamos más reglas y una mejor aplicación, ¿verdad? El Israel precristiano tenía muchas reglas, pero no estaba funcionando. Entonces Dios hizo algo que cambió todo: Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todos los que creen en él no perezcan sino que tengan vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. Quien crea en él no será condenado, pero quien no crea ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del único Hijo de Dios. - JN 3: 16-18

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